Con
motivo de la fiesta del nacimiento de nuestra Madre Fundadora, que celebramos
el pasado 13 de enero, reflexionamos sobre su vida, esa vida de la que
recordamos el inicio, y su manera de vivir al servicio de la vida, sobre todo
de la vida de las personas a las que ella percibió más necesitadas, como
respuesta a la llamada de Dios.
Una
primera mirada a su vida nos hace descubrirla como una persona que “apuesta”
por vivir y por vivir plenamente.
Desde muy pequeña su vida está marcada por el dolor y la dificultad,
por las ausencias de los seres más queridos y los cambios grandes que la exigen
“adaptar” continuamente su vida a otras circunstancias, ambientes y personas,
que le exigen aprender continuamente a situarse. Esto, que hace que su vida no
sea fácil, le ayuda también a adquirir una capacidad grande de adaptación, una
fuerza y una tenacidad para seguir adelante, que se pone de manifiesto a lo
largo de toda su vida.
Desde el momento en que emprende su camino en
Ripoll, sostenida por el carisma recibido al servicio de la educación y del
cuidado de la vida de los más necesitados, descubrimos en ella el motivo
profundo de esta tenacidad invencible:
- su absoluta confianza en Dios y su entusiasmo
por responder a sus llamadas
- su cariño y vinculación con las
personas que Él pone en su camino, las primeras hermanas, las niñas sin
escolarizar, las jóvenes sirvientas, los enfermos…
- y su creatividad y libertad para
emprender caminos nuevos, sin tener muy claros los modos desde el principio,
cambiando cuando lo ve necesario. Pero siempre fiel a la llamada y misión
recibidas. Sin grandiosidades, desde la sencillez, pero sin sucumbir al
cansancio, a la falta de medios o a la incomprensión de los que la rodean.
En estos y otros muchos rasgos que nos
indican su forma de vivir, podemos vislumbrar esos caminos por los que se nos
invita a avanzar en nuestra vida:
- Caminos de vivencia apasionada de la vocación recibida, desde la confianza
y entusiasmo actualizados cada día en las circunstancias que nos toca vivir.
- Caminos de familia, como continuadores y continuadoras de esta mujer en
cuyo nombre y a cuyo estilo seguimos “tejiendo lazos” de cariño, cercanía y
fraternidad desde las fraternidades de laicos y comunidades de hermanas o
comunidades educativas.
- Caminos nuevos, innovadores y creativos, buscando siempre el crecimiento de la
vida de nuestros hijos, nuestros hermanos y todos los que nos rodean.
- Caminos esforzados
y tenaces, apoyándonos unos a otros a recorrerlos con seriedad y
alegría, porque a pesar de las dificultades estamos convencidos de que nuestra
vida, entregada a los demás según la vocación propia, vale la pena.
(Continuará...)
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