El pasado fin de semana 23 y 24 de Junio de 2018, en Caracas –Venezuela se realizó la III Asamblea AMAM 2018, después de tantos tropiezos y dificultades, causadas en gran parte por la situación que vivimos como país, y pese a estos con esa solidaridad, generosidad y entusiasmo marco la pauta de la asamblea y entre todos se hizo posible recibiendo el VINO NUEVO del Espíritu que nos ayudaría a elegir al NUEVO EQUIPO ANIMADOR, a la vez agradecer el servicio del anterior, revisar todo lo que hemos crecido como gran fraternidad de la FAMILIA CARISMATICA de las Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor en Venezuela.
Estaban presentes asociado de los diferentes lugares de Venezuela, Caracas, Barquisimeto, Piar y Wonken y reunidos oramos al Espíritu Santo. Ven llénanos de ti, danos fuerza al caminar, dame pasión por la vida, dame fuerza para decir sí.
Desde esta fuerza recibida poder discernir, reflexionar y orar la vida en las obras, en las comunidades de las cuales forman parte, reflexionando previamente Identidad del Laico dando color aquellos que van realizando siendo cada vez más solidarios en lo poco, aun desde lo que les hace falta. Luego abrir pasos mientras las hermanas orábamos por ese espacio de elección de nuevo equipo animador, la tan esperada noticia, humo blanco, el grupo que desde sus limitaciones pero llenas de fortalezas animaran con responsabilidad y ayudaran a los demás ¬como individuos y como grupo¬ a tender hacia aquellos valores en virtud de los cuales los propios individuos han decidido vivir juntos. Leonor, Rosamelia, Carmen Carolina y Maira Dios las bendiga e ilumine en este servicio que han recibido para bien de la asociación en Venezuela ,seguimos orando por ustedes ante los retos que precisamente han de asumir en medio de esta situación que nos ha tocado y sobre todo seguir dando a conocer el Carisma con sus vidas.
La alegría sólo se descubre cuando se vive la vida desde dentro. Cuando el hombre sabe dejarse habitar por el misterio. Cuando se abre a toda llamada que le invita al amor, la adoración, la fe entregada. Para llegar a ese punto conviene despojarse de muchas cosas viejas que tenemos dentro ocupando sitio. El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos. Y entonces, si lo bebemos, no querremos probar otra cosa.
Un feliz encuentro, un regreso después de tiempo, un servicio adquirido con mucho esfuerzo, y decir:
Gracias por servirte en los demás, Señor.
Queremos entregar nuestra vida
y lo mejor que tenemos,
Tú que eres Padre y Madre,
aconséjanos y camina con nosotros, Tú que eres el Hijo,
maestro y compañero,
enséñanos a vivir tus opciones.
Tú que eres Espíritu de Vida Nueva,
aliéntanos, empújanos, sostennos,
Ayúdanos a servirte en los demás,
para vivir honrando tu Nombre
y construyendo tu Reino.
