martes, 20 de marzo de 2018

Encuentro de zona en La Carlota

A pesar de la climatología, que no invitaba a ponerse en carretera, el deseo de compartir momentos fraternos hizo que superásemos todos los inconvenientes para vivir un día de encuentro, convivencia, oración y formación en La Carlota, el sábado 10 de marzo.

Comenzamos con una profunda oración preparada por los hermanos y hermanas de La Carlota, que nos introdujo en la jornada,  depositando la confianza en Dios y reflexionando sobre nuestra presencia en el camino, que no lo hacemos solos sino en comunidad.  Comunidad de hermanos,  que afrontamos    las dificultades típicas del camino,  acompañados de María Ana y Francisco que fueron unos extraordinarios rastreadores, buscando en su entorno  las huellas de Jesús de de Nazaret. Nosotros también anhelamos seguir sus pasos, con tranquilidad, calma  y alegría fraterna.

Continuamos con una formación  sobre las prácticas recomendadas por la Iglesia para este tiempo cuaresmal. Nuestros hermanos de Córdoba  expusieron de forma creativa y participativa unas aclaratorias y actualizadas claves para  entender y practicar el  ayuno,  la limosna y la Oración. 

Esta catequesis hizo que viviéramos esta prácticas eclesiales de otra manera y, lo más importante, nos trasladásemos en el tiempo y fijando nuestros ojos en los momentos vividos por Jesús y así  actuar en nuestra vida como lo hizo él. Siempre  confió en su Padre, a pesar de experimentar la tentación, él despreció  de unos, el abandono de otros, incluso el silencio de Dios. Pero jamás desperdició un momento para buscar un lugar aislado y encomendarse  a él a través de la oración antes de iniciar cualquier actuación determinante para su vida o para la del hermano. 

Un momento muy especial, de los muchos que vivimos, fue la celebración de la Eucaristía, preparada con ferviente devoción por los grupos de formación y fraternidad de Andújar. Como hermanos nos unimos para celebrar con gozo que Jesús está en medio de nuestras  fraternidades y que se autodona para que crezcamos en amor y bondad.

 En esta santa Misa estuvo  muy presente nuestra hermana Pepi, que fue reclamada por nuestro Padre Dios a su presencia, para desde allí, velar e interceder por su familia y por la asociación María Ana Mogas. Unidos, rezamos y le pedimos al Señor para que nos ayude a tener esperanza  y que nos conceda la fuerza necesaria  para seguir con la construcción del  Reino de  Dios, tarea a la que se dedicó con su alma.

Y después de la misa, viene la mesa. Excelente comida la que compartimos, cuidada con esmero, por nuestras hermanas y hermanos de la Carlota, que hicieron de anfitriones y que, a los que procedíamos de otros puntos andaluces, nos hicieron sentir como en Casa.

Terminamos agradecidos  de nuestro encuentro, pero los lazos, aún si cabe, se han  fortalecido más. Religiosas  y laicos formamos una familia, cuyo modelo es María Ana Mogas, que entendió el Evangelio de una forma tan atractiva que hace que nuestra vida cristiana adquiera aún más sentido. 

Gracias por este maravilloso encuentro. Pronto celebraremos con gozo que Jesús ha vencido a la muerte. Por ahora seguimos avanzando  por el sendero  de la Cuaresma, donde el encuentro de zona  fue un espaldarazo para seguir  el mismo camino de Jesús,  que lo recorrió previamente por amor a cada uno de nosotros.




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