Después de celebrar Pentecostés, este domingo se nos
presenta la imagen de Dios, del Dios que Jesús nos ha revelado con su vida, sus
gestos y sus palabras. Dios es familia, es Padre-madre, es Hijo y es Espíritu
de Amor… Y es familia abierta a la humanidad entera, Padre que entrega al Hijo,
Hijo que nos da su espíritu, Espíritu que se queda siempre con nosotros “Yo
estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” ¡Esa es la
buena noticia que nos comunica el evangelio de hoy! Y esa es la noticia que
hemos de DAR al mundo. En medio de
tantas noticias que hoy oímos en nuestra sociedad, el evangelio de Mateo nos
recuerda hoy que somos enviados a hacer resonar esta Buena Noticia en “nombre
del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”
Mt 28, 16-20
“En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
Poco antes Mateo narra
que cuando Jesús se apareció a las dos Marías les encargó que los discípulos se
fueran a Galilea (Mt. 28, 7-10). Es Lucas el que dice que se fueron a lo alto
del Monte de los Olivos y esa tradición cobró tanta fuerza que en el s. IV se
construyó un santuario en el lugar desde el que se creía que había ascendido
Jesús. También Lucas nos dice que Jesús ascendió al cielo cuarenta días después
de resucitar. El número cuarenta es un símbolo que marca el comienzo y el final
de la vida de Jesús.
Su vida comienza con la
experiencia de su Padre en el Jordán y tras cuarenta días en el desierto
empieza su ministerio. Ahora, después de la honda experiencia de la muerte y
resurrección pasa cuarenta días entre sus discípulos antes de manifestarse como
Hijo de Dios con todo su poder. El símbolo de la nube que le cubre expresa que
ya no podían acceder a Él a través de los sentidos sino a través de la fe.
En Galilea, zona
marginal y proscrita, comenzó Jesús su misión en la tierra; en Galilea reciben
los discípulos la misión de evangelizar, como Él y en su nombre. Evidentemente el envío
misionero no se dirigió a once varones, dejando al resto de hombres y mujeres,
discípulos, al margen. Mateo subrayó el grupo de los doce como símbolo de las
doce tribus de Israel, ahora nos muestra que Judas quedó fuera del envío
misionero por la traición y el suicidio (Mt. 27, 1-10)
Al verlo, ellos se
postraron, pero algunos habían dudado hasta entonces.
El texto refleja dos actitudes:
a. Postrarse,
significa reconocer a Jesús Resucitado, Hijo de Dios, y adorarle. Es el modo de
presentar a la comunidad cristiana la actitud creyente.
b. Vacilar,
dudar, temblar, tener miedo, etc., eran actitudes que estuvieron presentes entre
los apóstoles y discípulos, en las primeras comunidades y siguen presentes
actualmente.
Acercándose a ellos, Jesús les dijo: «Se me ha dado pleno
poder en el cielo y en la tierra.
Jesús demostró
reiteradas veces que no quería tener el poder al estilo de los poderosos de su
tiempo. La expresión “en los cielos y en
la tierra”, significa la totalidad. Para los judíos no existía nada fuera
de esto. Recibir este poder era símbolo de divinidad, como insiste el libro de
Daniel. Jesús está manifestando su divinidad sobre todo el universo.
Id y haced discípulos
de todos los pueblos
Hay un cambio de
perspectiva, anteriormente había enviado a sus discípulos de dos en dos por
Israel, pero muchos judíos habían rechazado la Buena Noticia. Ahora la misión
es universal. El evangelio de Mateo
va desvelando, poco a poco, cual es esta misión de Jesús y al llegar al final
del evangelio se desvela que Él ha venido a hacer discípulos a todos los
pueblos y hacer participes de esta misión a los hombres y mujeres que le
siguen. Es como si Jesús no
recordara el miedo y la cobardía de muchos personajes que aparecen en el
evangelio, sino que ofrece la misión a todos y a todas y, a pesar de las
pobrezas humanas, la podrán llevar a cabo con la fuerza del Espíritu. Por eso
este envío está unido a Pentecostés.
Bautizándolos en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo;
El bautismo era el paso
imprescindible para entrar a formar parte de la comunidad cristiana. Mateo pone
en boca de Jesús la fórmula bautismal que se generalizó en la Iglesia
primitiva.
Y enseñándoles a guardar todo lo que os he
enseñado.
Guardar para nosotros
tiene connotación de “meter en algún sitio” para que esté seguro, aunque no se
vuelva a tocar en mucho tiempo. En el texto guardar es equivalente a tener
cuidado, estar alerta. Nos invita a cuidar atentamente las enseñanzas de Jesús
por nosotros y por nuestra misión evangelizadora.
Y sabed que yo estoy
con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.»
Solo con esta presencia
y con esta seguridad era posible vivir la misión en medio de las persecuciones
que tenían las primeras comunidades por parte de los judíos y los romanos.
Jesús había salido del Padre y volvió a Él; la fe les decía que no había salido
del sepulcro para seguir vagando por la tierra, por eso las celebraciones de la
Ascensión y Pentecostés están entrelazadas en su significado más profundo. El
Espíritu nos ayuda a descubrir la presencia de Jesús en cada uno de nosotros,
en la comunidad cristiana, en la Iglesia y en el mundo, como fuerza y dinamismo
que nos impulsan hacia la unidad y el bien.
El evangelio en las TIC
q
Canción “Nuestro Dios es Dios
familia” de Julian Zini, sacerdote argentino. La letra es muy buena,
tambien las imagenes. La música un chamamé argentino. http://youtu.be/bBNi4mgrX_4
q
Cancion “Nadie te ama como yo”
de Martin valverde con dibujos de Fano:
http://youtu.be/brmZCKZK888
q “Inspiración
total, domingo de la Santísima Trinidad”. Video intuitivo sin apenas letra,
a base de colores. http://www.youtube.com/watch?v=r4Jnr3RmbUY&list=UUUpxM9aeGr1dAVvlSX9VFdQ&feature=share
PARA REFLEXIONAR
1.
Personalmente.
Después de acoger en silencio el
evangelio de hoy, y quedarnos con alguna frase que nos resuene especialmente,
os invitamos a reflexionar sobre:
ü
¿Cuál es nuestra imagen de Dios? ¿Cómo
ha ido variando a lo largo de nuestra vida?
ü
Según sea nuestra imagen de Dios así
será nuestra relación con Él, por ello también descubrimos la imagen real que
tenemos de Dios al contestarnos: ¿cómo es mi oración y relación con Él en los
últimos años de mi vida? ¿He vivido otras épocas en que era distinta?
ü
Esta imagen de Dios, ¿cómo influye en
nuestra manera de ser y de vivir? ¿Qué imagen de Dios y qué estilo de relación
con Él estamos potenciando en nuestra fraternidad?
En qué rasgos de nuestros/as hermanos/as lo vislumbramos.
2.
En fraternidad, familia…
Ü Después
de leer el texto y sus comentarios podemos dialogar sobre lo que más nos ha
sorprendido, lo que no hemos entendido, lo que más nos ha gustado…
Ü
Podemos pararnos a reflexionar ¿Cuál es
nuestra imagen de Dios? ¿Cómo ha ido variando a lo largo de nuestra vida? Según
sea nuestra imagen de Dios así será nuestra relación con Él, por ello también
descubrimos la imagen real que tenemos de Dios al contestarnos: ¿cómo es mi oración
y relación con Él?
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