Querido/a lector/a, paz y bien.
A partir de hoy comenzamos a compartir contigo un nuevo proyecto. Se trata de un Proyecto de Formación Bíblica que se está llevando a cabo en los colegios de nuestra Congregación (FMMDP) en España desde el curso pasado con una gran aceptación y muy buenos resultados; y lo comparten con nosotros.
La responsabilidad de este Proyecto es del Equipo de Titularidad y lo elaboran Marifé Ramos (Doctora en Teología) y la hermana Guadalupe Labrador (Psicóloga y perteneciente a la congregación). En este curso encontramos el comentario del Evangelio de cada domingo acompañado de una serie de cuestiones que nos ayudarán a reflexionar. Dichos comentarios que tratan de ayudar a entender el texto pero con sencillez y de manera que sirva a cada uno personalmente, para luego poder reflexionarlo en fraternidad, familia, etc... Aunque se trabaja el Evangelio de cada domingo, no es necesario delimitarlo a ese día, los podemos trabajar en cualquier momento.
Esperamos que os sean de ayuda y quedamos a vuestra disposición para cualquier comentario, sugerencia o aportación que queráis compartir.
Un abrazo fraterno.
Equipo Animador General AMAM.
Nos
encontramos hoy con una parábola que nos sorprende y de entrada puede "descolocarnos". Dios “paga” a todos lo mismo, da a todos lo que necesitan para vivir, el salario diario, sin tener en cuenta –al parecer- sus horas de trabajo, su esfuerzo… el momento de su conversión. Y esto que nos habla de la libertad y bondad de Dios, que Jesús dice que es la nueva “lógica” del Reino, deja al descubierto la mezquindad de nuestras actitudes. De nuevo nos ayuda a plantearnos que actitudes son las que construyen la comunidad cristiana, entonces y ahora.
Mateo 20, 1-16
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «El Reino de
los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar
jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por
jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que
estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: "Id también vosotros a mi
viña, y os pagaré lo debido" Ellos fueron.
Escena
que se podía ver a diario en los campos de Galilea. En sitios estratégicos,
como el cruce de caminos se situaban filas de personas que no tenían tierras,
con la esperanza de ser contratadas ese día, para trabajar de sol a sol.
Al
llegar a la tierra prometida se había hecho un reparto de tierras entre las
tribus y las familias, pero con el paso del tiempo unas familias habían llegado
a poseer grandes extensiones mientras otras no tenían ni un pedazo de tierra.
Cada 50 años se celebraba un año jubilar y muchas familias podían recuperar las
tierras que habían perdido sus antepasados, pero entre tanto debían buscar cada
día el denario necesario para subsistir o ir a los campos a buscar fruta caída
o las espigas que no habían recolectado los dueños de las tierras para poder
comer.
Salió de nuevo hacia mediodía y a
media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros,
parados, y les dijo: "¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin
trabajar?" Le respondieron: "Nadie nos ha contratado." Él les
dijo: "Id también vosotros a mi viña."
Esta
actitud era tan inusual que los oyentes de la parábola empezarían a fruncir el
ceño como diciéndose ¿Cómo va a acabar esto? Si nadie les ha contratado podía
ser porque había poco trabajo en los campos o porque tenían algún defecto
físico con el que se suponía que rendirían poco. Las personas más fuertes eran
contratadas siempre las primeras.
Cuando oscureció, el dueño de la
viña dijo al capataz: "Llama a los jornaleros y págales el jornal,
empezando por los últimos y acabando por los primeros." Vinieron los del
atardecer y recibieron un denario cada uno.
Si
la parábola acabara aquí nos hablaría de la generosidad de un propietario que
paga más de lo que marca la ley de su tiempo y que sorprende porque contrata al
atardecer en lugar de esperar a la mañana siguiente para hacerlo. Pero Jesús
quiere que la parábola sea un espejo que nos permita reconocer las pobres
actitudes que hay en nuestro corazón. Y el texto continúa. No existía el
concepto de sueldo mensual, sino diario. Para mucha gente pobre se trataba de
vivir una economía de supervivencia.
Cuando llegaron los primeros,
pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno.
Entonces se pusieron a protestar contra el amo: "Estos últimos han
trabajado sólo una hora, y los has tratado igual que a nosotros, que hemos
aguantado el peso del día y el bochorno."
Protestas.
“Los has tratado igual que a nosotros”.
Frase que refleja la pequeñez humana de la que todos participamos. En el colegio
se protesta si se hace un examen de repesca final para salvar a los que ya
parecían perdidos. En la familia si se levanta el castigo a un hermano. En la
empresa si se concede algún tipo de beneficio a todos por igual. En la Iglesia
si un golfo se arrepiente en el último momento de su vida… Y así
sucesivamente. El ego clama, protesta,
porque no se siente satisfecho. Si yo tengo lo que necesito ¿por qué no me
alegro de que otras personas lo tengan también?
Él replicó a uno de ellos:
"Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario?
Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no
tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú
envidia porque yo soy bueno?" Así, los últimos serán los primeros y los
primeros los últimos.»
Jesús
sorprende de nuevo. Nos da dos claves: la libertad y la bondad. Las relaciones
con Dios son un diálogo entre dos seres libres. La bondad de Dios nunca
podremos entenderla porque no tenemos capacidad para saber lo que es el amor
universal… Los santos y santas nos han mostrado con sus actitudes ese amor, por
ejemplo hacia leprosos desconocidos, de otros continentes, que pueden
contagiarme y morir. O el amor y cuidado a gente apestada hasta contraer la
peste.
La
actitud del propietario puede ser injusta si se aplica el derecho romano: hay
que dar a cada uno lo que le corresponde. A los últimos no les corresponde
legalmente un denario, pero necesitan esa moneda para mantener a su familia. El Reino trastoca la pirámide social y nos
introduce en la dimensión de la misericordia. Recibimos lo que necesitamos. Lo
que falta en nuestro trabajo lo suple la misericordia, la mirada providente del
Abba que sabe lo que necesitamos
El evangelio de hoy rompe nuestros esquemas:
Ofrece
la salvación sin tener todo un historial de cumplimiento a sus espaldas, aunque
fuera en el judaísmo (Concilio de Jerusalén)
Algunos
fariseos que se habían convertido al cristianismo sostenían que los paganos si
no se hacían la circuncisión, como había mandado Moisés, no podían salvarse.
Sostenían que era necesario pasar por el judaísmo (con toda la carga de
cumplimiento legal que suponía y que se había convertido en tiempos de Jesús en
un carga pesada, insoportable incluso) para poder entrar en el cristianismo.
“Después de un altercado y de una gran discusión de Pablo y Bernabé con quienes
afirmaban eso, se dirigieron a Jerusalén para tratar la cuestión con los
apóstoles que estaban allí. “El Espíritu
Santo y nosotros hemos decidido no poneros ninguna carga más que las necesarias” (Leer el capítulo 15
de los Hechos de los Apóstoles)
PARA REFLEXIONAR
1.
Personalmente
ü
¿Cuál es mi reaccion instintiva ante
este texto? ¿En qué grupo de trabajadores me siento incluido? ¿Qué esquemas me
rompe?
ü
Vamos a imaginar que este modo
de proceder de Dios es el que se da en nuestra familia y en nuestro colegio, ¿en
qué hechos se traduciría? ¿Qué consecuencias tendría?
ü
¿Qué me invita a cambiar en mi vida el
evangelio de hoy?
Para seguir pensando: “Los favoritos
de Dios” de Luis Guitarra
2.
En la familia, fraternidad ...
Ü Después de
leer el texto y sus comentarios podemos dialogar sobre lo que más nos ha
sorprendido, lo que no hemos entendido, lo que más nos ha gustado…
Ü Tratamos
de narrar esta parábola como una escena o situación de nuestra familia. Vamos
cambiando sus personajes por los nuestros (padre, madre, hijos, hermanos…)
teniendo cuidado en que queden reflejadas actitudes parecidas.
Ü Como
padres o madres, asociados, parte del equipo animador... ¿tenemos las actitudes del dueño de la viña? Si nos animamos
compartimos algún ejemplo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarVaya ¿Por qué unos comentarios entran y otros no?
EliminarAh, ya lo sé.... Bien, no sé si ha de pasar por un proceso de moderación, o sea, que me repito: el tema son las envidias; en todos los órdenes de la vida: hermanos mayores que quieren mas ascendiente con los padres por su edad, pero no cuidar de sus hermanos mas pequeños, o trabajadores que quieren mas autoridad sobre sus compañeros cargándolos con lo desagradable , pero si hay un error del bisoño que se lo trague él solito y bisoños que quieren tener la misma consideración que los otros y, si no, se vuelven holgazanes....el jefe ha de ser justo con todos, y no permitir las zancadillas que se ponen unos y otros y lo tienen a él como centro.....amor, hace falta mucho amor: el cielo será por igual para todos....si nos lo ganamos.....
Eliminar