Celebramos hoy el día
de Todos los Santos, de aquellas personas a las que en la Iglesia proclamamos “felices”, “dichosos”, “bienaventurados”…
Y, en esta fiesta, el
evangelio de las Bienaventuranzas, nos da pistas para entender cómo vivieron,
en qué se parecen a Jesús, como concretaron en su vida el amor a los hermanos y
la confianza en Dios.
Las bienaventuranzas no
podemos leerlas todas seguidas, como un programa de vida, o algo a cumplir. Son
el horizonte, la meta. Tenemos que acercarnos a cada una de ella, y quizá solo
a su primera parte, como a realidades y experiencias, propias unas veces y que
vemos en otras personas en muchas ocasiones.Como pistas por las que avanzamos
hasta vivir en esa “dinámica” del Reino, que tantas veces choca con otras
dinámicas y formas de vivir que nosotros mismos tenemos.
Vamos a dejarnos
sorprender por el evangelio de esta fiesta y a descubrirnos “agraciados” y “agraciadas”,
al escuchar esta Palabra y dejar que se nos grabe en lo más hondo, hasta que
llegue a transformarnos.
Mateo 5,1-12
Viendo la muchedumbre,
subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron.
En
tiempos de Jesús creían que Dios habitaba en lo alto del firmamento y desde
allí “bajaba” a encontrarse con la gente, especialmente en lo alto de los
montes (por ejemplo, en el Sinaí) por eso “subir al monte” es una manera de
decirnos que va a un lugar que facilita
el encuentro con Dios.
También
en ese tiempo los maestros se sentaban para enseñar, y los discípulos se
situaban alrededor para escuchar atentamente y aprender. Mateo son sitúa a Jesús como un Maestro que va a enseñar algo
importante sobre Dios a sus discípulos.
Teniendo
en cuenta que el texto de hoy es difícil y que intentamos ayudar a quienes
explican el evangelio en el colegio o en la catequesis, vamos a sugerir algunas
orientaciones de tipo pedagógico:
· Como la palabra
“bienaventurado” no se usa en el lenguaje coloquial, y menos en el de los más
pequeños, es necesario buscar un
sinónimo apropiado: feliz, afortunado, contento, dichoso, alegres,
satisfecho… Lo contrario sería:
desgraciado, infeliz…
· No hablemos de cada una de
las bienaventuranzas por separado,
porque todas ellas recogen la Buena Noticia de Jesús, son aspectos
complementarios de su predicación. Es mejor utilizar la imagen de una autopista que tiene ocho carriles, y al avanzar hacia
la meta vamos pasando de un carril a otro, eligiendo el más apropiado en cada situación. Es decir,
Jesús nos invita a trabajar por la justicia, pero no de cualquier modo,
sino con el corazón lleno de misericordia. Nos invita a tener el corazón
limpio, transparente, sin doblez, y a trabajar con ese corazón por la paz. Y
así sucesivamente.
· En el Antiguo Testamente
se habla muchas veces de las características de las personas bienaventuradas,
ya sea utilizando esta palabra o alguno de sus sinónimos: “Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos ni va por el
camino de los descarriados” (Salmo 1, 1). Este tema estaba presente entre
los creyentes judíos y lo consideraban importante. Del mismo modo que
actualmente hablamos bastante sobre el hecho de tener suerte en la vida.
· San Lucas habla sólo de
cuatro bienaventuranzas (6, 20-23) y cuatro imprecaciones o avisos que
comienzan por “¡Ay de vosotros…!”
· San Mateo nos ofrece un
bloque de ocho bienaventuranzas que empieza y acaba con la misma expresión:
poseer el Reino de los Cielos. Las ocho tienen también en común que se dirigen
a “ellos”. Sin embargo la novena
bienaventuranza se dirige a “vosotros”;
es más concreta, indica mayor cercanía; es el modo de dirigirse san Mateo a los
miembros de la comunidad que están viviendo esas situaciones.
Y tomando la palabra,
les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos
es el Reino de los Cielos. Bienaventurados
los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los
que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen
hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los
misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los
limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan
por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los
perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
¿A qué justicia se refieren las
bienaventuranzas? En tiempos de Jesús esta palabra se entendía como un conjunto
de acciones, sobre todo dar limosna,
orar y ayudar; se creía que quien los realizaba conseguía la salvación. Se
llegó a cierto “exhibicionismo”. Jesús
denunció a quienes ayunaban, se cubrían de ceniza y se mostraban así
públicamente contratando a personas que tocaran la trompeta a su paso para no
pasar desapercibidos. Nos recordó muchas veces que lo que salva no es ese tipo
de justicia, sino acoger y vivir la
voluntad de Dios. En este texto la palabra justicia es sinónimo de vivir la
voluntad de Dios, que Jesús concretó en amar al prójimo como a nosotros mismos
y cómo Él lo ama.
Bienaventurados seréis
cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra
vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será
grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas
anteriores a vosotros.»
En
tiempos de persecución esta
bienaventuranza despertaba esperanza, sobre todo fijándonos en las palabras “cuando os persigan por mi causa…”
¿Cómo podemos vivir a
diario las bienaventuranzas? Anclando experiencias, es decir, cada vez que
tengamos experiencia de estar viviendo una de esas actitudes que nos dice Jesús
conviene que nos paremos y tomemos conciencia de ella, respiremos profundamente
y dejemos que se nos grabe en lo más
hondo. Vivir las bienaventuranzas es el horizonte, la meta, y puede
parecernos demasiado lejana. Pero ser conscientes cada día de la cantidad de
experiencias de bienaventuranza que vivimos es posible y nos ayuda darnos
cuenta de cómo caminamos hacia la meta y a qué paso.
¿Quiénes han sido
capaces de vivirlas? Es imprescindible presentar la vida de gente concreta,
cercana (del colegio, familia, barrio, parroquia…) que han destacado por su dulzura, por estar
llenos de paz, por trabajar por la justicia, sin mentiras ni dobleces.
El evangelio en las TIC
https://youtu.be/WeFZzzfCsFw
texto del evangelio, leído por niños, con dibujos que pueden ayudar a
personalizarlo. 2, 43 minutos
https://youtu.be/bGyzJGeEW1g
bienaventuranzas, video de la película de Jesús de Nazaret, 2,06 minutos.
https://youtu.be/oBwyDgHtLck
texto un poco libre pero adecuado para los niños. 1, 30 minutos.
https://youtu.be/T-DlMhpspSs
Canción con el texto de las Bienaventuranzas de Ofelia González con dibujos de
Fano. 4, 40 minutos.
https://youtu.be/-y_LCeVVMnw
Canción del grupo Kairoi, sobre las Bienaventuranzas. Buena pero sin imágenes…
se le podrían poner como actividad de clase.
https://youtu.be/uXAJljYCyqQ
“Alégrense, preocúpense” de Luis Guitarra,
también otras bienaventuranzas, que podrían ser traducción de hoy.
https://youtu.be/uipJQbZnpEY?list=RDuipJQbZnpEY“Los
favoritos de Dios” de Luis Guitarra, también muy buena, si no se ha trabajado
ya con otro evangelio
PARA REFLEXIONAR
1.
Personalmente
- Para acoger el evangelio de este domingo
y abrirnos a su mensaje, puede ayudarnos el contemplar las vidas de algún santo o santa y descubrir en ella
alguno de estos rasgos, ese distintivo que los llevó a ser felices, siendo
pobres que confían en Dios, personas que viven en paz y pacifican, o de las que
luchan por defender la justicia… Dejando que su manera concreta de ser y actuar
nos sorprenda y conmueva. ¿Cómo han sido capaces de vivirlas?
- ¿Cómo podemos vivir a diario las
bienaventuranzas? ¿Qué experiencias de nuestra vida de fraternidad nos hacen
conscientes de que podemos avanzar en ellas? ¿Cómo se las podemos presentar a
nuestros hermanos y compañeros?
2. En la fraternidad, la familia…
- Después
de leer el texto y sus comentarios podemos dialogar sobre lo que más nos ha
sorprendido, lo que no entendemos, lo que más nos ha gustado…
- Hay
dos aspectos que podemos plantearnos, ¿cómo podemos vivir las bienaventuranzas
como asociados y cómo hacer para que en nuestra familia, nuestros jóvenes descubran
esta “otra forma” de ser felices.
- Podemos
terminar reflexionando y orando con una de las canciones propuestas.
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