domingo, 1 de noviembre de 2015

Curso bíblico: Domingo 01.11.2015



Celebramos hoy el día de Todos los Santos, de aquellas personas a las que en la Iglesia proclamamos “felices”, “dichosos”, “bienaventurados”…

Y, en esta fiesta, el evangelio de las Bienaventuranzas, nos da pistas para entender cómo vivieron, en qué se parecen a Jesús, como concretaron en su vida el amor a los hermanos y la confianza en Dios.
Las bienaventuranzas no podemos leerlas todas seguidas, como un programa de vida, o algo a cumplir. Son el horizonte, la meta. Tenemos que acercarnos a cada una de ella, y quizá solo a su primera parte, como a realidades y experiencias, propias unas veces y que vemos en otras personas en muchas ocasiones.Como pistas por las que avanzamos hasta vivir en esa “dinámica” del Reino, que tantas veces choca con otras dinámicas y formas de vivir que nosotros mismos tenemos.
Vamos a dejarnos sorprender por el evangelio de esta fiesta  y a descubrirnos “agraciados” y “agraciadas”, al escuchar esta Palabra y dejar que se nos grabe en lo más hondo, hasta que llegue a transformarnos.




Mateo 5,1-12

Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron.

En tiempos de Jesús creían que Dios habitaba en lo alto del firmamento y desde allí “bajaba” a encontrarse con la gente, especialmente en lo alto de los montes (por ejemplo, en el Sinaí) por eso “subir al monte” es una manera de decirnos que va a un lugar que facilita el encuentro con Dios.
También en ese tiempo los maestros se sentaban para enseñar, y los discípulos se situaban alrededor para escuchar atentamente y aprender. Mateo son sitúa a Jesús como un Maestro que va a enseñar algo importante sobre Dios a sus discípulos. 

Teniendo en cuenta que el texto de hoy es difícil y que intentamos ayudar a quienes explican el evangelio en el colegio o en la catequesis, vamos a sugerir algunas orientaciones de tipo pedagógico:
·   Como la palabra “bienaventurado” no se usa en el lenguaje coloquial, y menos en el de los más pequeños,  es necesario buscar un sinónimo apropiado: feliz, afortunado, contento, dichoso, alegres, satisfecho…  Lo contrario sería: desgraciado, infeliz…
·       No hablemos de cada una de las bienaventuranzas por separado,  porque todas ellas recogen la Buena Noticia de Jesús, son aspectos complementarios de su predicación. Es mejor utilizar la imagen de una autopista que tiene ocho carriles, y al avanzar hacia la meta vamos pasando de un carril a otro, eligiendo el más apropiado  en cada situación.  Es decir,  Jesús nos invita a trabajar por la justicia, pero no de cualquier modo, sino con el corazón lleno de misericordia. Nos invita a tener el corazón limpio, transparente, sin doblez, y a trabajar con ese corazón por la paz. Y así sucesivamente.
·       En el Antiguo Testamente se habla muchas veces de las características de las personas bienaventuradas, ya sea utilizando esta palabra o alguno de sus sinónimos: “Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos ni va por el camino de los descarriados” (Salmo 1, 1). Este tema estaba presente entre los creyentes judíos y lo consideraban importante. Del mismo modo que actualmente hablamos bastante sobre el hecho de tener suerte en la vida.
·    San Lucas habla sólo de cuatro bienaventuranzas (6, 20-23) y cuatro imprecaciones o avisos que comienzan por “¡Ay de vosotros…!”
·      San Mateo nos ofrece un bloque de ocho bienaventuranzas que empieza y acaba con la misma expresión: poseer el Reino de los Cielos. Las ocho tienen también en común que se dirigen a “ellos”. Sin embargo la novena bienaventuranza se dirige a “vosotros”; es más concreta, indica mayor cercanía; es el modo de dirigirse san Mateo a los miembros de la comunidad que están viviendo esas situaciones.

Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

¿A qué justicia se refieren las bienaventuranzas? En tiempos de Jesús esta palabra se entendía como un conjunto de acciones, sobre todo dar limosna, orar y ayudar; se creía que quien los realizaba conseguía la salvación. Se llegó a cierto “exhibicionismo”.  Jesús denunció a quienes ayunaban, se cubrían de ceniza y se mostraban así públicamente contratando a personas que tocaran la trompeta a su paso para no pasar desapercibidos. Nos recordó muchas veces que lo que salva no es ese tipo de justicia, sino acoger y vivir la voluntad de Dios. En este texto la palabra justicia es sinónimo de vivir la voluntad de Dios, que Jesús concretó en amar al prójimo como a nosotros mismos y cómo Él lo ama.

Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.»

En tiempos de persecución  esta bienaventuranza despertaba esperanza, sobre todo fijándonos en las palabras “cuando os persigan por mi causa…”

¿Cómo podemos vivir a diario las bienaventuranzas? Anclando experiencias, es decir, cada vez que tengamos experiencia de estar viviendo una de esas actitudes que nos dice Jesús conviene que nos paremos y tomemos conciencia de ella, respiremos profundamente y dejemos que se nos grabe en lo más hondo. Vivir las bienaventuranzas es el horizonte, la meta, y puede parecernos demasiado lejana. Pero ser conscientes cada día de la cantidad de experiencias de bienaventuranza que vivimos es posible y nos ayuda darnos cuenta de cómo caminamos hacia la meta y a qué paso.

¿Quiénes han sido capaces de vivirlas? Es imprescindible presentar la vida de gente concreta, cercana (del colegio, familia, barrio, parroquia…) que  han destacado por su dulzura, por estar llenos de paz, por trabajar por la justicia, sin mentiras ni dobleces.

El evangelio en las TIC

https://youtu.be/QSjfnAyObRY Narración del evangelio con dibujos 1, 32 minutos
https://youtu.be/WeFZzzfCsFw texto del evangelio, leído por niños, con dibujos que pueden ayudar a personalizarlo. 2, 43 minutos
https://youtu.be/bGyzJGeEW1g bienaventuranzas, video de la película de Jesús de Nazaret, 2,06 minutos.
https://youtu.be/oBwyDgHtLck texto un poco libre pero adecuado para los niños. 1, 30 minutos.
https://youtu.be/T-DlMhpspSs Canción con el texto de las Bienaventuranzas de Ofelia González con dibujos de Fano. 4, 40 minutos.
https://youtu.be/-y_LCeVVMnw Canción del grupo Kairoi, sobre las Bienaventuranzas. Buena pero sin imágenes… se le podrían poner como actividad de clase. 
https://youtu.be/uXAJljYCyqQ “Alégrense, preocúpense” de Luis Guitarra,  también otras bienaventuranzas, que podrían ser traducción de hoy. 
https://youtu.be/uipJQbZnpEY?list=RDuipJQbZnpEY“Los favoritos de Dios” de Luis Guitarra, también muy buena, si no se ha trabajado ya con otro evangelio

PARA REFLEXIONAR

1.      Personalmente
-   Para acoger el evangelio de este domingo y abrirnos a su mensaje, puede ayudarnos el contemplar las vidas de algún santo o santa y descubrir en ella alguno de estos rasgos, ese distintivo que los llevó a ser felices, siendo pobres que confían en Dios, personas que viven en paz y pacifican, o de las que luchan por defender la justicia… Dejando que su manera concreta de ser y actuar nos sorprenda y conmueva. ¿Cómo han sido capaces de vivirlas?

-    ¿Cómo podemos vivir a diario las bienaventuranzas? ¿Qué experiencias de nuestra vida de fraternidad nos hacen conscientes de que podemos avanzar en ellas? ¿Cómo se las podemos presentar a nuestros hermanos y compañeros?

2.      En la fraternidad, la familia…
- Después de leer el texto y sus comentarios podemos dialogar sobre lo que más nos ha sorprendido, lo que no entendemos, lo que más nos ha gustado…

-  Hay dos aspectos que podemos plantearnos, ¿cómo podemos vivir las bienaventuranzas como asociados y cómo hacer para que en nuestra familia, nuestros jóvenes descubran esta “otra forma” de ser felices.

-  Podemos terminar reflexionando y orando con una de las canciones propuestas.

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